Imagen: observa.com.uy |
El sábado 19 de marzo el pueblo uruguayo presenció uno de los actos de corrupción más grandes del deporte nacional. Nuestra boxeadora “estrella”, Christian Namús, ganó una pelea que, en realidad, perdió. La española Loli Muñoz dio una verdadera paliza a la uruguaya -algo que no se tradujo en los puntajes finales de los jueces-.
Esta pelea trajo una innumerable cantidad de comentarios, además de acusaciones cruzadas. Se culpó al juez por no parar la pelea: se entiende que debió ser nocaut técnico a favor de la española. Al cronometrista por terminar la pelea treinta segundos antes. Al representante de Chris, que obligó al cronometrista a parar la pelea. Pero nadie nos culpó a nosotros, los periodistas.
¿Por qué habría que culpar a los periodistas? Fácil, por inflar a una persona que por más simpática y bonita que sea no tiene condiciones para ser campeona mundial. Además, seamos sinceros, el título que ostenta no es muy reconocido. Si nos remitimos a los hechos “El bombón asesino”, cuando tuvo que pelear con boxeadoras de un nivel medio, perdió.
Así sucedió frente a la colombiana Leli Flores, en agosto de 2009, en un Palacio Peñarol lleno -forrado de banderas uruguayas con la cara de la boxeadora uruguaya en lugar del sol-. Aquella noche fue nocaut en el primer asalto. Fueron dos minutos y medio, ciento cincuenta segundos que comenzaron a desenmascarar lo que había detrás de Chris Namús. El sábado esas dudas se confirmaron: el bombón quedó fuera de la heladera y se derritió.
Los mismos periodistas que antes la apodaron “El bombón asesino”, que gritaban “Uruguay campeón del mundo” cuando Chris ganaba el cinturón del título mundial, ahora la destrozan por haber perdido esta pelea.
Solo resta preguntarse: ¿dónde está aquella joven que fue la cara visible de Antel, o que fue motivo de pelea entre los candidatos presidenciales, pues era vista como una personalidad influyente en nuestro país? ¿Quién será la invitada estrella de los programas deportivos que semana tras semana la elegían porque “la campeona del mundo” era sinónimo de audiencia?
Pero lo más importante, ¿qué será de Chris Namús luego de recibir el golpe más duro de su carrera? Es una incógnita que el tiempo develará. Lo único que nos resta, a los periodistas, es desearle una pronta recuperación porque ella no tiene la culpa. Solamente fue rehén de quienes vieron en ella un negocio rentable. Y lo fue, hasta que tuvo que hacer algo para lo que no estaba preparada.
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